El día 4 de abril fue presentada y entregada la Revista Yojtzijon-Diálogos Volumen No. 5 «Guatemala: Actores políticos, voces de los pueblos originarios y el camino hacia una nueva primavera democrática»
Una revista dedicada a aquellos acontecimientos que, a partir del 25 de junio del 2023, han marcado un antes y un después en la historia política, social y cultural de nuestro país. Es una recopilación de columnas de opinión y un homenaje a los pueblos y ciudadanos que defendieron la Democracia y Justicia.
El desarrollo de la actividad consistió en la presentación de dos mesas, la primera presidida por los socios fundadores lic. Andres Hurtado de Mendoza, Dra. Marta Casaus Arzú y Dr Rigoberto Quemé Chay y por el Sr Presidente de la Republica, Dr Bernardo Arévalo de León, la segunda mesa, estuvo presidida por dos de las autoras de la revista, Dra Ana Silvia Monzón y Dra Gladys Tzul Tzul y moderada por la Dra. Marta Casaus Arzu y el editor Raúl Figueroa Sarti. Por último se pasó a la entrega de diplomas y de un ejemplar de la Revista a todos los homenajeados y asistentes. Se contó con el apoyo de varios socios/as de la Fundación y con la presencia nutrida de varias Autoridades Ancestrales, Alcaldias y organizaciones indígenas y de la sociedad civil y miembros de partidos políticos.
Rigoberto Quemé Socio de la Fundación hace mención que la revista Yojtzijon, es un oasis para la resistencia letrada de los pueblos originarios.
Para liquidar a los pueblos se empieza por privarlos de la memoria. Destruyen libros, cultura, historia y alguien escribe otros libros, da otra cultura, inventa otra historia; después, la gente comienza a olvidar lentamente lo que son y lo que fueron. (Milan Kundera)
Por eso hacemos, resistencia letrada, siguiendo el ejemplo de los escribas kichés que tuvieron el valor y la responsabilidad de resguardar la memoria, los principios fundamentales cosmogónicos, creados y cobijados en la civilización maya 2000 años antes de la invasión española, plasmados en el libro universalizado, el popol vuh.
Escribir es resistir y vivir. Es resistencia y paciencia.
Estamos vivos, dijeron nuestros padres.
Escribimos para decir. No somos los otros, somos nosotros.
Escribimos, no solo dejar de ser pobres, también dejar de ser excluidos, disminuidos y tutelados.
Escribimos para interpelar al estado occidental. Un estado que hasta ahora nos tutela, reprimiendo la autodeterminación, como un derecho colectivo.
Escribir es protestar ante el indigenismo de estado que solo nos reconoce. Y no nos incluye como actores políticos en igualdad de condiciones con otras clases y grupos.
Escribir es denunciar la sumisión política en que se mantiene a los pueblos. Sin representación, sin corresponsabilidad en la estructuración del estado y la sociedad.
Escribir es denunciar que no somos paisaje, ni colorido, ni rituales, ni propiedad del INGUAT, ni cultura que sustenta la patria del criollo.
Escribir es denunciar el racismo lacerante, implícito y explícito, pero más la solidaridad racista que se manifiesta en la arquitectura del ejercicio del poder, donde apenas llegan los pueblos al simple reconocimiento, en tanto otros piensan, hablan y deciden políticas públicas impertinentes con la cosmovisión de los pueblos.
Escribir es enseñar que para los pueblos la democracia hacia el consenso comunitario, es diferente a la democracia aritmética del sistema, que excluye a los pueblos, sin embargo, se defiende esa democracia, porque la dignidad de los pueblos no tiene momento, ni persona, ni situación, es integral a la vida social que afecta a todos.
Escribimos para demostrar que la constitución de 1985, que en su momento era pionera en América latina con relación a la inclusión de la multiculturalidad, se quedó estancada en relación con otros ordenamientos constitucionales como los del Ecuador, Bolivia y Nicaragua, entre otros.
Quedó petrificada la condición de pueblos-testimonios-vestigios culturales en cuanto a los indígenas.
Los pueblos indígenas no son incluidos como un actor político y jurídico dentro del marco constitucional escribimos porque este no es el país que queremos.
Escribimos para denunciar la alianza autoritaria que concentra el poder en instituciones cooptadas para saquear y acallar, con serios ataques a la libertad de prensa, de organización y participación.
Se escribe para plantear los temas importantes y comunes que nos atraviesan, para visibilizar los síntomas de un estado excluyente, construido por y para unos pocos.
Al mismo tiempo también buscamos la esperanza que existe en la organización y en la palabra
Se escribe para intentar demostrar que las elecciones han pasado y el hambre ha quedado siempre.
Se escribe porque el trabajo y compromiso de la sociedad en general, es conocer la continuidad del modelo colonial, actuar políticamente de manera organizada para la descolonización, nutrir de pensamiento y conciencia crítica a las futuras generaciones, articular a las muchas Guatemalas: indígenas y ladino-mestizos, pobres y clase media, urbanos y rurales, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, para diseñar un sueño común y luchar políticamente para hacerlo realidad.
Fotografías: Juan Rosales/FMAG y Daniel Hernández Salazar